miércoles, 9 de febrero de 2011

Corrigiendo los deberes

La semana pasada, pasó por ésta clase llamada España, la seño Merkel y recogió los deberes a ver como los habíamos hecho. Nos dio un aprobadillo con la condición de que hiciéramos algunas correcciones. La más llamativa, y que desde entonces ha circulado una y otra vez por los medios de control de masas, es la de ligar salario a productividad, en lugar de a la inflación.
Traducción al cristiano: Que si yo hago ganar al empresario 10000 de beneficios limpios éste año, él me subirá la paga un 1%, esto es, 240 euros al año. Y no te lo gastes en vicios, majete.
La cosa es para reírse si no fuera para llorar. Y visto que los medios de control de masas están mareando la perdiz una y otra vez con las bondades del asunto, me temo que la cosa se vaya a implantar más pronto que tarde, pues ya no se preocupan mucho de crear un clima de opinión favorable a las cosas, dado que el amorfo ciudadano español se las envaina todas sin rechistar (con la excepción de una posible prohibición del fútbol, que seguro que sacaba las masas a las calles sedientas de sangre).
Lo que significa, por tanto la medida es lo de siempre: Los capitalistas deben ganar más, los pobres, y el obrero debe ganar lo mínimo para su subsistencia (que subsista, pero que no subsista mucho). Eso si, que lo que gane lo gaste todo porque los pobres empresarios tienen que vender sus engañabobos productos.

Seño Merkel. Tengo una contrapropuesta para usted, a ver que le parece. Ligar los salarios a los beneficios de la empresa, de forma que el 49% de los beneficios de la misma se repartan entre los empleados, de forma proporcional a la antigüedad de cada uno en la empresa. Ésto si que motivaría y haría a la gente productiva pero, claro, al empresario no le interesa y, por tanto, a usted tampoco.

Es que usted es muy lista. Que por algo es seño.

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